Las personas con PKU tienen un problema con la enzima fenilalanina-hidroxilasa (PAH), y por ello no pueden degradar completamente un aminoácido llamado fenilalanina (Phe), presente en todos los alimentos que contienen proteínas (p. ej., nueces, carne, huevos y productos lácteos) y en edulcorantes como el aspartamo1.
Si se consumen demasiadas proteínas, se acumulan niveles altos de Phe en la sangre y se altera el equilibrio de los neurotransmisores, e incluso puede producirse un daño físico en el propio cerebro. Esto puede provocar síntomas neurológicos tales como problemas de memoria y atención, depresión y ansiedad2.
Hasta hace bastante poco, los médicos pensaban que la PKU era una afección que se superaba una vez que el cerebro terminaba de desarrollarse en la adolescencia. Sin embargo, ahora sabemos que los niveles altos de Phe en sangre siguen causando daños a cualquier edad, por lo que el trastorno se tiene que tratar de por vida5.
Se requiere una dieta muy limitada y/o tratamiento médico para mantener controlados los niveles de Phe, pero esto puede suponer una carga enorme para los adultos, que afecta a la calidad de vida y a las relaciones personales y que contribuye al desarrollo de ansiedad, estrés y depresión6,7.
Niveles altos o inestables de Phe en sangre pueden provocar8,9:
Las personas con PKU también se enfrentan a numerosos problemas físicos concomitantes, tales como obesidad, insuficiencia renal con hipertensión y osteoporosis10.
La adhesión a la dieta necesaria para controlar los niveles de Phe requiere una planificación meticulosa. Pero los efectos neurocognitivos de la propia PKU pueden hacer que esto sea aún más difícil. Y esto se agrava todavía más por la baja adhesión a la dieta, lo cual crea un círculo vicioso para los pacientes con PKU7,9.
Después de los 18 años de edad, es frecuente que las personas con PKU reduzcan el control de su trastorno. Esto probablemente se deba a diversos factores, tales como estilos de vida ocupados, dificultades para encontrar alimentos adecuados para la PKU al socializar y un menor número de centros especializados para los adultos11.
Aunque las personas con PKU puedan seguir estrictamente la dieta, esto puede tener un impacto negativo en otras áreas de sus vidas, de manera que el 34 % refiere dificultades en las relaciones con los amigos, familiares y parejas, y el 44 % experimenta exclusión social7.